Mantener una buena higiene bucal es esencial para evitar la aparición de caries, placa bacteriana, sarro o incluso halitosis. En definitiva, conservar unos dientes y encías sanas.
Además el cuidado bucal es importante para evitar otro tipo de infecciones o problemas en nuestro organismo que se abren entrada a través de la boca y a los que podemos poner barrera con una buena higiene dental.
5 claves para tu rutina de cuidado e higiene bucal
A continuación compartimos algunos consejos fundamentales que te ayudarán en tu rutina de cuidado e higiene bucal, así como algún truco para esos momentos en los que te pilla de imprevisto.
Mantener una rutina de limpieza tras cada comida
El consejo más básico, y el que más le cuesta mantener a muchas personas, es la frecuencia de la limpieza de dientes. Lo más recomendable es cepillarse los dientes después de cada comida, pero si no puedes mantener esa dinámica porque sueles comer fuera de casa, al menos cepilla tus dientes dos veces al día.
Utilizar un cepillo de dientes adecuado
Utiliza un cepillo de dientes adecuado, pregúntale a tu dentista cuál es el modelo más recomendable según las características de tu dentadura y la sensibilidad de tus encías.
Además es importante renovar el cepillo de dientes cada 3 o 4 meses, o bien cuando las cerdas empiezan a estar desgastadas.
Elegir una pasta de dientes adecuada
Los expertos insisten en que tanto una buena higiene manual como una adecuada selección del dentífrico son cruciales para mantener la salud oral y sistémica.
Una pasta de dientes óptima es aquella que tiene acción antibacteriana y protege contra la caries y las enfermedades periodontales.
Realizar un lavado de dientes efectivo
Lavarse los dientes no consiste en pasarse el cepillo rápidamente y enjuagarse la boca sin más.
Una correcta limpieza bucal implica dedicarle unos minutos, es importante manejar el cepillo de dientes de forma correcta, déjate aconsejar por tu dentista sobre la técnica más efectiva para la limpieza dental.
El dentista es tu mejor guía
Visita a tu dentista al menos una vez al año. Una revisión y una limpieza dental te ayudará a prevenir problemas y conservar una dentadura saludable. El dentista podrá comprobar el estado de tus dientes y encías, así como asesorarte sobre el cuidado bucal más adecuado para ti.
Una boca hidratada se defiende mejor
Mantener la boca hidratada es otra clave para mantener los dientes y encías más limpios, ya que nuestra propia saliva ayuda a proteger los dientes. Un truco es masticar chicle sin azúcar, pues además de ayudar a retirar restos de alimentos, favorece la segregación de saliva.
Durante el proceso de masticado se estimula la producción de bicarbonato sódico en la saliva lo que neutraliza los ácidos y favorece la mineralización de los dientes. Pero este truco sirve para esas ocasiones en que no dispones de los medios necesarios para el lavado de dientes, ¡nunca para sustituirlo!
DENTACANN y ORCANN: dos imprescindibles para tu rutina de higiene bucal
DENTACANN es un innovador dentífrico con efecto blanqueador natural. Su fórmula vegana contiene principalemente Aceite de Cáñamo, Carbón Activo y Kalident, entre otros ingredientes activos naturales que incluyen el aceite esencial de menta, dejando tu boca limpia y con un frescor natural.
Es una pasta de dientes que ofrece una una higiene bucal respetuosa con la flora bucal. Su uso regular restaura el tono natural de tus dientes y ofrece un cuidado completo de dientes y encías, aliviando molestias de sensibilidad dental.
Un dentífrico 100% natural y sin efecto espumante, apto para niños a partir de 3 años, ¡y sin flúor!
Por otro lado, te recomendamos el enjuague bucal concentrado ORCANN, a base de Cáñamo y otros ingredientes 100% naturales ideales para el cuidado oral diario de niños y adultos.
Este colutorio natural resulta altamente eficaz para evitar la halitosis. También ayuda a reducir la presencia de bacterias dañinas en la boca, muchas de las cuales quedan entre los dientes sin que el cepillo pueda eliminarlas.
Además se trata de un enjuague oral sin flúor, sustancia que en exceso puede provocar problemas como fluorosis del esmalte y los huesos después de una exposición prolongada, tal y como alerta la OMS (Organismo Mundial de la Salud).